El Yoga y una dieta a base de vegetales pueden ser la mejor elección para la salud de tus huesos.
La masa ósea máxima (tanto en hombres como en mujeres) se alcanza sobre los 30 años.
Según la Fundación Nacional de Osteoporosis, si eres mujer y te aproximas a la menopausia, puedes perder hasta un 20% de tu masa ósea en los próximos 5 o 7 años después de la menopausia.
El hueso es un tejido vivo y aunque algo de pérdida es natural con el paso de los años, es posible mantener un equilibrio saludable.
La osteopenia (masa ósea baja) es la antesala a la osteoporosis afectando a millones de mujeres pre-menopáusicas, mientras que está presente en prácticamente el 50% de las mujeres mayores de 60 años. En cuanto a los hombres, aunque también la padecen, es en menor medida que las mujeres.
La buena noticia es que existen factores que pueden controlar, e incluso revertir, esa pérdida de masa ósea, pero no sin tiempo y esfuerzo. Es ahí donde el Yoga y una dieta a base de vegetales (ricos en calcio, como por ejemplo las coles y las espinacas, entre otros) serán nuestros mejores aliados.
Algunas investigaciones demuestran que demasiadas proteínas en la dieta pueden romper el hueso, ya que la proteína es un formador de ácido y cuándo entra en la corriente sanguínea demasiado ácido, el cuerpo extrae calcio (que es alcalino) del hueso para neutralizarlo.
Teniendo en cuenta que las proteínas animales son "malas" y las vegetales son "buenas", en realidad, todo tipo de proteínas tienen el potencial de formar ácidos.
"Consumir grandes cantidades de frutas y verduras ayuda a corregir este desequilibrio, ya que neutralizan el ácido de las proteínas" (afirma Lynda Frassetto, doctora y especialista en enfermedades del riñón; Universidad de California -San Francisco- y autora del estudio croscultural sobre cómo las proteínas en la dieta impactan en la salud ósea, publicado en el Journal of Gerantology -año 2000-).
A diferencia de otras actividades, el Yoga no lesiona el cartílago ni las articulaciones. Por el contrario, alarga los músculos creando tensión en el hueso (el tirón del músculo sobre el hueso es el factor principal para mantener los huesos fuertes).
El Yoga puede ser tu aliado, pero si no se practica correctamente puede ser perjudicial. Por ejemplo, las flexiones hacia delante para alguien con osteoporosis, aumentan la probabilidad de fracturas espinales, y las rotaciones también son un peligro, porque colocan la columna en una posición vulnerable. Por el contrario, las rotaciones supinas colocan la columna totalmente apoyada y estirada, siendo preferibles a las anteriormente descritas.
Nunca es demasiado tarde para empezar. Un profesor de yoga cualificado que se centre en la alineación, seguridad, con conocimientos terapéuticos o al menos conocedor de las contraindicaciones para la osteoporosis, puede ayudarte a mejorar tu salud y a tener una mayor calidad de vida.
Namasté.